
Un fallo del sistema de aire secundario casi siempre puede reconocerse porque la bomba de aire secundario está arañada, silba o ya no funciona. En vehículos con OBD también puede haber memorizado un código de averías en la unidad de control del motor.
Consejo 1: comprueba el control eléctrico de la bomba de aire secundario desde la unidad de control del motor y el relé de conmutación.
La prueba funcional de la bomba de aire secundario puede efectuarse con el motor frío: la bomba puede escucharse hasta 90 segundos. No obstante, la prueba también puede realizarse con el motor a temperatura de servicio mediante un verificador de diagnóstico o una fuente de alimentación externa de 12 voltios. Si no se detecta ninguna falla, deberían descartarse las siguientes causas de avería: huellas de fundición en la caja o los contactos enchufables de la bomba de aire secundario y/o un olor fuerte a quemado. En estos casos es imprescindible sustituir el relé de conmutación.


Consejo 2: las causas comunes de fallo son el agua o el condensado de gases de escape en la bomba de aire secundario. Esto ocasiona ruidos fuertes antes del fallo. El agua clara o el óxido son indicios de fugas entre el filtro de aire y la bomba de aire secundario.
Consejo 3: el condensado de gases de escape solo puede penetrar en la bomba a través de la válvula de aire secundario. El motivo es una válvula de aire secundario adherida que ya no cierra por completo. Con una prueba dactilar puede comprobarse si hay sedimentos. Si hubiera sedimentos, la válvula de aire secundario está averiada y debe sustituirse.
Consejo 4: en las válvulas de aire secundario neumáticas, se deberían comprobar la válvula electromagnética accionada y el vacío. Si no se alcanza un vacío de 390 mbar como mínimo, es muy probable que haya fugas.