El sensor de masa de aire, también llamado medidor de masa de aire (LMM), está montado entre la caja del filtro de aire y el colector de admisión. Su tarea consiste en determinar la masa de aire que penetra en el motor y transmitirla al mando del motor. Estos valores se emplean entonces para calcular el caudal de inyección y, en los motores diésel, también para regular la recirculación de los gases de escape. Por eso, el sensor de masa de aire es un componente central en el sistema de alimentación de aire y en la reducción de contaminantes.
El sensor de masa de aire completo consta de un canal de flujo («tubo») por el que circula el aire de aspiración hasta el mismo sensor. En función de la aplicación y del vehículo, el sensor de masa de aire está disponible completamente integrado en un tubo de plástico o solo como sensor de forma separada a modo de módulo enchufable. Ambas versiones se denominan sensores de masa de aire.
Sensores de película caliente
Los sensores de película caliente son la variante más moderna de los sensores de masa de aire. Incluyen una placa de sensor en la que se aplican las resistencias en forma de película más fina. De esta forma, los cambios pueden medirse con rapidez y precisión. El sensor se calienta a una temperatura constante de aprox. 120 a 180 grados, esto varía en función del vehículo. El aire de aspiración que fluye enfría el sensor de película caliente. La masa de aire aspirada puede determinarse entonces partiendo de la corriente de calefacción necesaria para volver a calentar el sensor a la temperatura original.