El tratamiento posterior de gases de escape
Durante la combustión se generan emisiones brutas en los cilindros, por ejemplo, monóxido de carbono, óxido de nitrógeno, dióxido de azufre e hidrocarburos. Mediante el tratamiento posterior de los gases de escape, estas emisiones brutas se transforman en gases de escape menos nocivos. En el mejor de los casos solo queda nitrógeno, dióxido de carbono y agua.
El método clásico para el tratamiento posterior de los gases de escape es el «catalizador regulado de 3 vías». Aquí se desarrollan tres reacciones químicas de reducción y oxidación de forma paralela. Mediante la sonda Lambda delante del catalizador, también llamada sonda reguladora, se determina el valor Lambda. Con este valor como magnitud de entrada, la gestión del motor controla la adición de combustible para una combustión eficiente.
Función de la sonda Lambda
El diagnóstico de a bordo (OBD) supervisa el catalizador. Si llega combustible no quemado al gas de escape, el catalizador puede sufrir daños. Además, el catalizador envejece con el tiempo y pierde poco a poco su capacidad para transformar sustancias contaminantes. Por esta razón, una segunda sonda Lambda detrás del catalizador vigila el estado del catalizador. Esta segunda sonda se llama sonda del monitor.
Las sondas Lambda miden el contenido de oxígeno en el gas de escape. Si las señales de la sonda reguladora y la sonda del monitor son demasiado parecidas, significa que en el catalizador apenas hay depuración de los gases de escape. El catalizador está averiado y el OBD lo notifica.